Cuenta una antigua leyenda japonesa y de otros países del Asia
oriental que todas y cada una de las personas de este mundo estamos unidas
desde el momento en el que nacemos a otra persona mediante un hilo rojo atado a
nuestros meñiques, las cuales algún día tarde o temprano están predestinadas a
conocerse.
Puede parecer una tontería pero creo que quizás no sea solo
una antigua leyenda, ya que el destino un día puso en mi vida a una persona que
supuestamente nunca debí de conocer, si no fuera por la pesada insistencia de
una tercera persona para que la acompañara a una cita de intercambio de
idiomas, a la cual yo no tuve derecho debido a mis malas notas en japonés.
Descubriendo finalmente, que mi hilo rojo era más largo de lo que yo pensaba, ya
que este llegaba desde Sevilla hasta Tokyo.
Pero.... ¿y si estos hilos rojos no solo unen a personas?
Quizás, o mejor dicho, estoy segura de que estos hilos
también te unen con animales, animales de compañía que cuando menos te lo
esperas se convierten en tus mejores amigos y en un miembro más de tu familia.
Os voy a contar la historia de mis hilos rojos, pero no la
mía con mi marido Taichi, si no nuestra historia con Takuma y Kaito.
Takuma, un pequeño cruce de bodeguero con máscara negra
apareció sin más un día por la puerta de la salita, ya hace más de diez años, en
brazos de mi padre con tan solo cuatro meses. Aun recuerdo la frase de mi
padre, "mira Sandra lo que me he encontrado, ¿lo quieres?". Mi
respuesta fue un sí rotundo, aunque la cara de mi madre decía..."voy a
matar a tu padre".
Resulta que era el perro del kiosquero de mi barrio que ya
no lo quería, al parecer era demasiado malo para su familia. Cierto es que
Takuma tiene un carácter especial, bastante arisco e independiente pero malo no
era, es un perro muy inteligente y parece ser que solo yo lo entendía, según mi
madre ambos somos tal para cual, y con el paso de los años nos hemos hecho
inseparables.
A veces me pregunto qué hubiera pasado con él si no nos hubiésemos
encontrado el uno al otro, quizás lo hubieran sacrificado por no saber entender
su carácter. Me alegro muchísimo de que su hilo rojo atado a su patita este
atado a mi dedo meñique hasta el final de sus días.
Hace unos meses llegó Miki a nuestra familia, nos acabábamos
de mudar ya por última y espero que definitiva vez, de un pequeño piso a una
casa más grande con dos pequeños patios a las afueras de Sevilla. Yo siempre he
tenido la ilusión de cuando pudiera tener más espacio adoptar a otro perro y
darle a Takuma un "hermanito" o compañero de juegos y pensé que era
el momento oportuno para hacerlo aunque mi marido no estaba muy convencido ya
que no llegaba a congeniar muy bien con Takuma.
En principio estuve siguiendo varios facebooks de
organizaciones de perros abandonados, yo tenía la idea de adoptar un galgo,
pero tampoco la raza no era muy importante para mí, ya que lo que más temía es
que no congeniara con el especial carácter de Takuma. Entonces un día puse en
mi muro de facebook que tenía la intención de adoptar otro perro pero que temía
por Takuma, meterle un perro nuevo en casa después de más de diez años de
estrecha relación conmigo no iba a ser tarea fácil. Pero de repente recibo por
facebook un mensaje de una antigua profesora de fotografía con la que seguía
teniendo amistad ya que anteriormente habíamos coincidido al sacar los perros
cuando vivíamos en el mismo barrio, su perra Aloha era la novia de mi Takuma
cuando eran jovenzuelos.
En estos momentos ella vive en un pueblo de Cádiz donde
colabora con una organización que trata de darle un hogar digno a perros ,
gatos y otros animales abandonados, y su mensaje fue algo como...."Sandra,
tengo el perro perfecto para ti" y lo cierto es que no se equivocó.
Tenía en su casa como acogida a uno de los perros de la
organización que ella mismo encontró, era un cruce de bodeguero con Jack
Russell de un año y medio, el pobre estaba abandonado en la puerta de uno de
los hoteles de playa de la zona esperando a que alguien le mostrara un poco de
afecto y cariño. Ella al verlo no lo dudo y se lo llevo para casa a esperas de
poder darle un nuevo hogar, cosa difícil, porque los bodegueros y aun más
cuando ya están crecidos parece no despertar mucha atención entre los posibles
adoptantes y ella pensaba que difícilmente podría encontrarle una familia. Pero
una vez más la prueba de la existencia de que el hilo rojo del destino esta,
aunque no lo veamos, hizo su presencia por partida doble y triple!.
Mi marido que por las estrictas normas de los pisos de Tokyo
nunca antes ha podido tener perro, rebautizo a "Miki" como Kaito, que
significa "hombre del mar" o "marinero" por sus orígenes gaditanos,
y en estos momentos Kaito según mi marido no es un perro, es su niño pequeño.
En relación con Takuma, me he quedado alucinada, han
congeniado estupendamente, a pesar de la diferencia de edad y de carácter
juegan todos los días juntos, duermen juntos, tienen sus propias conversaciones,
incluso ambos les han cogido manía al cartero. Ahora son inseparables, son como
un padre y un hijo o como hermanos, ambos son como el día y la noche, Takuma
arisco y serio, Kaito cariñosísimo y juguetón, pero por eso mismo se compaginan
a la perfección, llegando Kaito a ablandar el corazón del arisco Takuma y
Takuma dándole un poco de disciplina al alocado Kaito.
Y después de toda esta parrafada os preguntareis...¿A qué
viene toda esta historia en tu blog?
Pues muy sencillo, se acercan unas fechas muy señaladas, ya
esta aquí la navidad en la cual algunas personas un poco inconscientes piensan
que el mejor regalo para un familiar puede ser un cachorrito comprado en una
tienda de mascotas, sin tener en cuenta que ese cachorrito no es un juguete,
crece y tiene unas necesidades diarias que no todo el mundo está dispuesto a
darle, lo que hace que muchos de estos adorables animales acaben abandonados en
perreras o en carreteras a esperas en el caso de mucho de ellos a encontrarse
con la muerte.
Desde mi blog quiero pedirte que si tienes intención
de tener una mascota NO COMPRES, ADOPTA.
También quiero aprovechar para agradecer la gran labor que
hace día a día todos los componentes de la organización Maskeperros.
Organización que sin ayuda económica por parte de ayuntamientos, solo con su
propio sueldo y algunas donaciones de personas anónimas de buen corazón,
consiguen día a día con todas sus energías sacar a perros y gatos tanto de la
calle como de las perreras en busca de un hogar digno para ellos, en busca de
la otra punta del hilo rojo que les de una a esa familia que los quiera de corazón.
Aunque no tengas intención de adoptar pero te gustaría
ayudar, hay miles formas de hacerlo, puedes aportarles alguna donación
económica, puedes donarle pienso para los perros, collares, correas,
mantitas... Si resulta que vives en Cádiz puedes ofrecerte como casa de acogida
o simplemente dale a me gusta a su facebook y comparte sus publicaciones para
que lleguen al mayor número de gente posible.
Ellos me dieron las gracias al adoptar a Kaito, pero
verdaderamente siento que tengo que ser yo la que le tengo que dar las gracias
por poner a Kaito en nuestras vidas y les estaré eternamente agradecida, es por
ello que quizás en mi facebook personal me conozcan como la pesada de los
perros al compartir sus publicaciones, pero me gustaría ayudarles un poquito
más con lo que sé hacer, con mi artesanía.
Esta organización tiene artesanía a la venta para conseguir
recaudar dinero para sus peluditos y yo quiero aportarles mi granito de arena
con una colección especial de anillos y broches realizados en porcelana fría y
papel japonés con forma de perritos y huesitos, que espero les guste a ellos y
les aporte algo de dinerillo con la venta de estos, se los mandaré esta
misma semana para que puedan ponerlos a la venta cuanto antes :)
Muchas gracias por leerme hasta el final, espero que no se
os haya hecho muy pesado, si os ha gustado compartirlo por vuestras redes
sociales para que así consigamos mover mas consciencias, y lo dicho,
NO compres, ADOPTA.
1 comentario:
Que hermoso
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